viernes, 5 de octubre de 2012

A 50 años de la década que cambió la historia

La publicación de “Love Me Do”, primer sencillo de Los Beatles, marcó el inicio simbólico. De los hippies a Vietnam, de la minifalda al Che Guevara, fue una etapa cuya influencia continúa aún hoy.

El primer gesto revolucionario de la década fue su propia resistencia al calendario. Tanta energía comprimida por desparramarse, haciendo presión, que “los ‘60” demoraron casi tres años en arrancar . Viéndolo con la ventaja del tiempo a favor, el registro del último big bang cultural de la Historia dice 5 de octubre de 1962. La explosión fue una melodía simple, inventada por dos pibes de barrio , a orillas del río Mersey, en Liverpool: una armónica con espíritu blusero (Lennon) y una voz sensual (Mc Cartney) que pedía que lo amen, alguien a quien amar, algo nuevo, ¡por favor! Tres acordes. Cuatro chicos de entre 22 y 19 años. Y el pulso cultural del mundo cambió entonces para siempre .

Ese día se publicó Love Me Do , el primer simple de Los Beatles. No hicieron estallar los rankings (alcanzaron el puesto 17) pero algo produjeron en la cabeza de los otros jóvenes que trastocó todo , e incluso lo condicionó hasta hoy.

A partir de ese momento, y creciendo año a año, la influencia de la juventud, que venía amagando agarrada del movimiento beatnik de fines de los ‘50, empezó a marcar el ritmo de las cosas . La década arrancó ahí, saltó la tapa y se desparramó todo lo demás: los Rolling Stones, la liberación femenina, la píldora anticonceptiva, la psicodelia, las contracultura, la moda, Kennedy, los hippies, el Che, Vietnam, Luther King, la conquista del espacio y el punch final de amor y paz : Woodstock. Una etapa tan intensa que se observa con la nostalgia que provoca lo irrepetible (o lo que jamás viviremos), pero que también tuvo su costado oscuro de violencia, racismo y guerra.

Love Me Do puso a Los Beatles a rodar. Y unos meses después, la TV los impulsó al espacio . Presentaron Please, Please Me , su segundo sencillo, en un programa pop, un sábado a la tarde en medio de una de las nevadas más fuertes en el último siglo en Inglaterra. Ya no era sólo la frescura y la melodía pegadiza del corte anterior.

Cuatro millones de televidentes se estremecieron ante el “¡Come on, come on!”de Lennon y su energía desbordante, los pelos “largos” y un atrevimiento inédito.

“Provocaron un impacto extraordinario porque aunaron una música fuera de lo normal –muy alejada de lo que la juventud consumía hasta ese momento– con, no solamente la composición y la ejecución, sino que incorporaron un nivel letrístico y de poesía desacostumbrado. La aparición de los Beatles fue una vuelta de tuerca a Elvis o Little Richards.

Yo me quedé loco de la vida ”, cuenta a Clarín el baterista Rodolfo García. El ya en ese momento se juntaba con su amigo de barrio Belgrano, Luis Alberto Spinetta, a traducir las letras de Lennon/McCartney, a gestar de alguna manera parte de la esencia del inolvidable Almendra, que junto con Los Gatos y Manal le pusieron palabras en español al rock para escribir la particular historia del género en estas tierras.

Los ‘60 pegaron en todo el mundo y en todas las artes.

El cine de Polanski, Kubrick, Fellini, Antonioni, la Nouvelle Vague francesa. Las canciones de Bob Dylan, la primera exposición de Andy Warhol, el tropicalismo de Caetano Veloso, Gilberto Gil y Rita Lee y el boom latinoamericano con la literatura de Cortázar, Fuentes, Vargas Llosa.
En Londres, la industria de la moda alcanzó la gloria. Era el Swinging London, estilo y color. La modelo Twiggy le puso el cuerpo a un ícono: la minifalda . “Era la época del unisex.

Se renovaban todas las formas.

Fue una ruptura total, y en la moda también se reflejó lo mismo que en la sociedad, sobre todo la posición de la mujer y el feminismo”, explica Susana Saulquin, historiadora de la moda.
“Algo pasó en los ‘60. No era sólo la música, la literatura, la plástica, el teatro, el cine, la moda, la publicidad, fue una época de una ebullición creativa fuera de lo común”, recuerda García.

El arte pop vibraba en Nueva York y retumbaba en Buenos Aires, con epicentro en el Instituto Di Tella . Para Marta Minujín, los ‘60 fueron un hito para el arte como lo había sido el Renacimiento . “Desde los ‘60 no ocurrió nada más nuevo. Fue inigualable ”, se entusiasma la inventora de los célebres happenings. “Nunca más en mi vida volví a sentir lo mismo. Hacíamos instalaciones, performance, arte conceptual, todo eso nació ahí.

No ganábamos nada de plata pero vivíamos en una fiesta increíble ”, relata la artista.
Para el final sólo faltaba que el hombre pisara la Luna. La década se acabó y se separaron Los Beatles. Pero el mundo ya era otro . Todos pensamos como García: “Sin ellos no hubiese sido igual”.

Fuente: Fernando Soriano (Clarín)