viernes, 28 de agosto de 2009

Paul Anka

¿Cuándo se despertó en Paul la vocación artística? Dificil precisarlo. Pero indudablemente ya estaba en él, cuando de chico se colaba tras las bambalinas o se paraba en las puertas de salida de los artistas en los teatros para preguntar detalles de sus actuaciones.

Nacido en Ottawa, Canadá, el 30 de julio de 1941, Paul no esperó mucho tiempo para poner en prática su talento artístico. Cuando hacía sus estudios secundarios decidió formar su propio trío de vocalistas y en menos de un año de pacientes y concienzudos ensayos, el conjunto comenzó a actuar en público. Paul aprovecho al máximo todos los conocimientos que adquirió en las puertas traseras de los escenarios. No es de extrañar, entonces, que al año, el grupo comenzó a recibir contratos en teatros y clubes juveniles, en todo Canadá.

Sin embargo, Paul no estaba satisfecho. Algo andaba como no debía. Después de mucho reflexionar, se dio cuenta de que el repertorio no era satisfactorio. La juventud necesitaba canciones distintas, pensó, especialmente escritas para ellas. Pero como le parecía mucho pedir el que los compositores le escribieran canciones a él, Paul se dedicó él mismo a mejorar el repertorio. El compositor Anka tomaba vuelo.

Las canciones lograron bastante éxito, pero el inquieto muchacho seguía con sus ídeas perfeccionistas. Se le ocurrió que si él actuaba de solista, el grupo tendría mayor individualidad. Fue así como empezó a independizarme como artista. Cuando adquirió la suficiente confianza en sus dotes de vocalista, convenció a su papá (dueño de un restaurante en Ottawa) que le diera dinero para ir a hollywood. Su padre aceptó y Paul se encontró viajando sólo a la ciudad de los sueños y esperanzas.

Allí tenía un tío, ya ambientado en el capital del cine norteamericano, Paul le contó de sus ambiciones y le cantó. El tío le encontró un artista muy capaz y trató de introducirlo a los mandamases Hollywoodense. Lo único que consiguió Paul fue un pobre contrato para grabar algunos disco. Grabo dos temas, uno de ellos fue "Yo confieso" y regresó a Ottawa.

Mientras esperaba los acontecimientos, se dedicó a perfeccionarse como compositor. Para esto habló y consultó a los mejores compositores de su país. Con estas nuevas experiencias, paul se armó de otro repertorio de canciones, que comenzó a dar a conocer a cuanto artista o representante de sellos grabadores llegaban a su país. Asi consiguió una entrevista con una importante casa grabadora en Nueva York. La ciudad de los rascacielos le sería más benigna: a poco de llegado Paul Anka había frmado un consistente contrato con Don Costa, joven director de programas y del sello ABC Paramounth. Entre sus primeras grabaciones, salió Diana, Muchacho Solitario, Tu Amor y otras que siguieron la senda del éxito y la conquista de los jóvenes corazones en el mundo.
Fuente: rc60.vtrbandaancha.net
Guillermo Reyna Allan


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