Hoy traigo a la memoria de Uds. a un viejo amigo de la canción. Para mi, uno de los mejores vocalistas argentinos.
Hoy, mis amigos, les presento a JUAN "CORAZÓN" RAMÓN...
Que lo disfruten...
Nació un sábado 13 de enero de 1940 en la ciudad de Cañada de Gómez, departamento Iriondo de la provincia de Santa Fe, Argentina. Su nombre verdadero es Ellery Guy Rech. Su madre lo bautizó Ellery porque así se llamaba un famoso personaje del radioteatro de la época. Su nombre se pronuncia éleri, como el personaje de las novelas inglesas Ellery Queen. Su abuelo era austriaco y por parte de su madre tiene ascendencia italiana.
Al poco tiempo de nacido Ellery, los Rech se fueron a vivir a la ciudad de Campana, en la provincia de Buenos Aires, debido al traslado de su padre que era ferroviario y trabajaba en los ferrocarriles en Cañada de Gómez. En Campana se crió, fue niño y adolescente, y se inició en la música. No era bueno en el colegio, pero tal vez porque cantaba tenía el cariño de las maestras, que le decían que “debía cantar porque tenía una hermosa voz”. Así se sumó al coro de la escuela.
En 5to año del secundario un amigo le propuso probarse en una orquesta de Zárate llamada Swing Fénix. Ellery fue y cantó Tu me acostumbraste. Pero no duró mucho como integrante. Al poco tiempo se sintió atraído por otro conjunto de la misma ciudad que sonaba mejor y tenía el puesto de vocalista vacante, ya que su líder había desertado para iniciar una carrera solista bajo el nombre de Billy Cafaro –de quien Juan Ramón luego reconocería la influencia en sus primeras grabaciones. Ahí fue Ellery. La orquesta en cuestión se llamaba Los Casanovas y estaba formada por los mejores músicos de la ciudad. Corría 1959 cuando debutó con ellos en Zárate.
Ellery estuvo, a partir de los 60s, un año viajando en tren, haciendo el tramo Campana–Buenos Aires–Campana, buscando alguien que lo atendiera, golpeando puertas con su música bajo el brazo y teniendo que llevar a cuestas un problema en uno de sus pies que traía desde nacimiento –en lenguaje médico se llama pié bot–y que lo llevó a tener 12 operaciones. Aunque su vocación musical estaba por encima de todo.
En mayo de 1961 finalmente se acercó a las oficinas del sello Disc Jockey con unos discos de prueba que había realizado –demos, para utilizar una palabra actual– y fue atendido por un ejecutivo de la empresa llamado Eduardo Piovano. Éste lo referenció inmediatamente al director artístico de sello Horacio Malvicino. Junto a Malvicino –quien se encontraba en ese momento en el estudio de grabación trabajando con Rosamel Araya– comenzaron las primeras grabaciones profesionales. El joven Ellery por entonces acusaba 21 años.
Rodríquez Luque (el dueño del sello) hizo una objeción el nombre del futuro cantante profesional: Ellery era un nombre difícil, la gente no se iba a acordar fácilmente. La nueva estrella debería cambiar el nombre, ya que Ellery Rech no se ajustaba a un artista que estaba próximo a grabar en español. Esta persona observó que Ellery llevaba bajo el brazo el libro Platero y yo, cuyo autor es Juan Ramón Giménez. Y de esa manera y al instante Rodríguez Luque exclamó: "Tú serás Juan Ramón... y yo seré Platero", a lo que Malvicino asintió con gusto. Así nació el seudónimo artístico Juan Ramón.
Llegó 1961 y llegó el primer disco. En general, su comienzo en la música estuvo marcado por canciones que ya eran éxitos en Europa y Estados Unidos. Por esa época, era común traducir al español los hits de otras latitudes. Su primera grabación profesional fue Cuando quieras amor, que se editó en disco simple de 78 RPM con el tema No me digas en su cara B. También fue editada en disco doble (2 canciones por lado) junto a Pitágoras, Quince años tiene mi amor y No me digas. Los primeros registros de Juan Ramón contaron con la colaboración de Ben Molar, especialista altamente solicitado en traducir éxitos extranjeros al castellano. Seguidamente Juan Ramón grabaría varios discos más, incluidos muchos discos simples y dobles, siempre con el acompañamiento de Horacio Malvicino y su orquesta.
Otras canciones que grabaría el artista en la primera mitad de los años 60 son Corre González, Soy el amor, Devuelvo tu carta, Anochecer de un día agitado, Ese beso, Enseñando bossa nova, Volvamos a ser novios, La tierra, Si quieres dejarme, Oh mi señor, Dominique, Mejor esta noche, En mi mundo, Como mamá, Sospecha, Truco twist, Frío de nieve, La noche que lloré, Limbo rock, Mira cómo me balanceo, El baile del ladrillo, Sabor de sal, Por culpa del horóscopo, Popotitos, Eres el demonio disfrazado y muchas, muchas más teniendo en cuenta que en esa época los artistas editaban hasta 3 long plays por año y varios simples y discos extended play. Si bien el tema Se ha puesto el sol lo llevó a ser bastante conocido, el cantante no lograba anclar en la gente de manera masiva y no lograba tener repercusión.
Para impulsar su ascenso, le pidieron que cantara temas de su propia autoría, pero Juan Ramón sabía que esa no era la manera, que sus canciones no eran las adecuadas para ese momento. Así fue que empezó a buscar canciones que le facilitaran su carrera. Había un tema de Neil Sedaka de esa época que se adaptaba bien a su registro. Se llegó a Radio Libertad (en calle Florida en Buenos Aires) y conversó con Oscar Rubén Martín, el disc jockey de la emisora, quien le facilitó la grabación y además le sugirió que vaya a ver a Ben Molar para intentar dar forma a una versión en español. Así fue como Juan Ramón llevó al vinilo la canción Feliz cumpleaños dulces 16 (Happy birthday sweet sixteen), a la postre, melodía que lo llevaría a vender miles de discos.
Tres o cuatro discos más o menos desapercibidos y una carrera en ascenso constante desde el interesante nivel de ventas que le dio la grabación de Sedaka. Al poco tiempo llegarían más hits: Cada noche sin ti, El rey de los payasos, Corazón loco. Este crecimiento artístico no solo era apoyado con actuaciones en vivo –al principio en localidades cercanas que lo abrazaron como Zárate, Baradero, Ramallo y San Nicolás, e inmediatamente en otras provincias– o grabaciones de discos. Juan Ramón también realizaba numerosas presentaciones en radio, como en los programas de El Mundo en los años 1962 y 1963. Cantaba con la orquesta estable de la emisora porteña dirigida por Horacio Malvicino y los envíos eran conducidos por Héctor Castro Rey y Valentín Viloria. Juan Ramón cantaba en vivo a las 13.30 y a las 21 ante una numerosa platea. Esto le permitía promover sus canciones y llegar a todo el país.
Y al poco tiempo llegaría la televisión. La gente de Disc Jockey lo hizó debutar en TV en el programa Ritmo y juventud de Canal 11, espacio televisivo que promocionaba artistas del sello entre los que se encontraban Tony Vilar, Leo Dan, Facundo Cabral, Danielo, Daniel Colau y Pepito Pérez. Este programa era la competencia de El club del clan, emitido por Canal 13 y patrocinado por la compañía de discos RCA, que sería en poco tiempo el nuevo sello de Juan Ramón. Seguidamente vendrían actuaciones televisivas en el recordado Sábados Circulares de Pipo Mancera, o en otros un poco menos recordados como Casino, El Special, La Cantina de la Guardia Nueva y Show Rambler.
Fue allá por el ’63 o ’64 que Juan Ramón pasaría definitivamente a utilizar el apodo “Corazón”, por el cual sería conocido internacionalmente. Ese apelativo fue idea de Antonio Barros, un hombre de radio que conducía una exitosísima audición de la época llamada Una ventana al éxito. Barros daba sobrenombres a sus artistas más queridos. En su elenco se encontraban Palito Ortega, Leo Dan y Jack y Los Ciclones.
Juan “Corazón” Ramón pasa a RCA Víctor (cuyo logo oficial es un perro escuchando una vitrola) en 1964, y paradójicamente y si la historia no se equivoca, lo primero que haría para su nueva compañía no sería un disco long play sino una aparición en cine, otra de las herramientas mediáticas que se utilizaban en la época y que permitía a los artistas mostrarse ante gran cantidad de público. El cantante participaría de la película El desastrólogo con Pepe Biondi, donde cantaría la canción “Cariñosa” los españoles Dúo Dinámico. Desde su incursión inicial en la pantalla grande hasta 1970 el cantante aparecería en una decena de filmes, siendo su más recordada, El galleguito de la cara sucia en 1966, con Nora Cárpena, Eddie Pequeninho y Los Iracundos originales. También hizo televisión, con su propio programa llamado Juan Ramón busca la felicidad que iría en duplex por Canal 9 y Canal 7. Sumado a sus participaciones en emisiones como Sábados circulares de Pipo Mancera por Canal 13, donde era tratado como una auténtica estrella. Otra constante por esa época era la aparición en revistas de circulación nacional como TV guía o Radiolandia.
En materia discográfica, su nueva compañía disquera no podría haber elegido un mejor nombre para el primer LP de Juan Ramón en RCA: Juan Ramón con nosotros. Y fue a mediados de la década que Juan “Corazón” Ramón se consolidaría como el gran artista nacional de proyección latinoamericana, compartiendo el podio junto a Leo Dan y Palito Ortega, y acechado por un tal Sandro, que con sus movimientos de cadera venía pidiendo pista. Y esa consolidación estaría sustentada en las primeras salidas del cantante al exterior. La primera vez que Juan “Corazón” Ramón salió del país fue a Chile. De ahí a Perú, y luego a Uruguay, Colombia, Estados Unidos, Costa Rica, El Salvador. Así fue edificando su carrera en toda América. Y así se fueron editando sus discos por todo el continente.
En 1967 el ídolo recibiría un nuevo espaldarazo a su carrera: ganaría el Festival de la Canción en Benidorm (España) y grabaría un trabajo muy interesante que buscó posicionar al cantante en Europa: Juan Ramón en Roma editado simultáneamente en castellano e italiano. Recordemos que por esos días el estilo melódico italiano hacía furor y cualquier cantante de habla hispana soñaba con la edición de sus grabaciones en el viejo mundo. Las canciones del disco (compuestas por Franco Migliacci, Sergio Endrigo, Palito Ortega, Leo Dan y el mismísimo Juan Ramón) se apartaban un poco de la línea por entonces habitual del cantante, que hasta ese momento había registrado mayormente éxitos internacionales. Este disco lo presenta apoyándose más sobre su fuerza interpretativa que por el apoyo que pudiera brindarle una obra conocida. En su estadía en Italia, llega a oídos de Juan Ramón una canción que si bien no ganó el Festival de San Remo, fue una de las mejores: Io che non vivo senza te. El cantante la grabaría inmediatamente al regresar al país bajo el nombre Yo que no vivo sin ti. Años más tarde la grabaría Elvis, y posteriormente Luis Miguel, evidenciando lo visionario que había sido.
El comienzo de la década del setenta encuentra a Juan “Corazón” Ramón girando por Latinoamérica. Se presenta en Panamá, donde debido al éxito resonante se ve obligado a radicarse allí un tiempo, obteniendo gratificantes resultados de su estadía. Lo mismo le sucede en Colombia a los pocos años. En 1977 se radica finalmente en Perú por un largo tiempo. Perú siempre había prestado atención a la música de Juan Ramón. Primero con Se ha puesto el sol de Disc Jockey y luego con Yo que no vivo sin ti de RCA. Pero es con la canción Ata un cinta amarilla al viejo roble (cuyo título original es Tie a yellow ribbon) que el cantante tomaría amplia notoriedad en ese país. Pero este no es el único motivo por el cual el ídolo se quedó a vivir en Perú…
Juan Ramón conoció a su mujer Isabell en Lima, la capital peruana, mientras actuaba en un café concert llamado El Barrabás. Hasta ese momento el cantante nunca había mezclado lo artístico con lo sentimental, pero con Isabell hizo una excepción. La única. La foto que le firmó a mediados de los setentas fue el comienzo del romance que luego devino en matrimonio. Al poco tiempo de afincarse en Perú tuvo su primer hijo. Justo con la salida de otro de sus mayores éxitos: El teléfono llora.
Ausente de Argentina en materia artística, Juan Ramón regresa en 1983 al país seducido por varias propuestas de trabajo. Y es partir de entonces que tendría una década prodigiosa: se transformaría en tan solo un par de años en el Nro. 1. De vuelta en su tierra, firmó contrato con Microfón Argentina SA (MICSA), editando una decena de long plays entre 1983 y 1988. Desde el primer disco en su nuevo sello trabajaría con el productor Mario Kaminsky (hoy director de Radio Colonia) con quien llegaría, sin exagerar, a la gloria gracias al LP Juan Ramón ’84, a caballo del éxito de su canción Jamás. Este éxito se vio coronado por la nacimiento ese mismo año de su hija Carol, con quien más tarde regrabaría El teléfono llora a dúo.
Juan Ramón ’84 se convertiría en el disparador de la masividad de ídolo, seguido de cerca en ventas por El fenómeno, editado el año siguiente, que contenía Cariñito y que le abriría tremendas perspectivas laborales. La etapa Microfón es considerada por mucha gente como la mejor Juan Ramón, la más prolífica, la más característica. Seguirían registros como Otra vez Nro. 1, El ídolo, Internacional, Firme junto al pueblo. Las apariciones televisivas en diversos programas comenzaron otra vez a ser moneda frecuente –numerosísimas apariciones en Finalísima del Humor conducido por el fallecido Leonardo Simons– y sus actuaciones muy concurridas. Quizá los temas que sintetizan esta popularidad, esas melodías que nadie puede desconocer de la época sean Macumba o Tabaco y ron. En 1986 volvió al cine con En busca del brillante perdido, donde hacía de galán de Sonia Rivas, una mexicana compañera de grabadora que por esos días le iba muy bien con sus boleros.
A fines de 1988 se desvincula de Microfón y pasa a CBS, aunque estaría por solo algunos discos, como La fiesta de Juan y Show ’90. Es por estos años que Juan Ramón comienza a coquetear con otros ritmos. A fines de los 80s y con la movida tropical en boga, Juan “Corazón” Ramón cambia el rumbo. Como él dice al hacer un raconto de su vida: "Los 90s fueron más cuarteteros, más cordobeses". En definitiva, fueron tropicales: el ídolo incorporó otros ritmos de moda que le permitieron aggiornarse y mantenerse vigente. Se perfiló como un cantante polirubros: sus discos irán del melódico al pop y del cuarteto a la cumbia, grabando hasta dos y tres discos por año. Y la gente lo aceptó.
Juan Ramón grabó con otros artistas también. Con Romana Farrés en 1984 la canción Guarda tu amor, en 1988 hizo duetos con Heraldo Bosio, en 1989 con Daniela Mori, una ex Las Primas, en 1991 con Los Cartageneros y Miguel "Conejito" Alejandro –otro cantante que estaba en la cresta de la ola, entre otros. Hasta se dio el gusto de grabar, en 1987, junto a Leonardo Favio la canción Resistiré, luego ampliamente difundida en los años 2000. Un antecedente de quien supo ver el potencial de la canción 25 años antes.
Se sucedieron discos como Pasito tun tun y Sácala a Bailar que apuntaban directamente a la cumbia y el cuarteto, pero siempre con su particular estilo. Y siempre llevándolo a los primeros rankings de venta. Por esos años también grabaría el ídolo una segunda versión de Llorando se fue. Muchos creyeron ver en Juan Ramón el oportunista que grababa en castellano su versión de la Lambada –popular ese año por el grupo Kaoma–, pero la realidad indica otra cosa: Juan Ramón había grabado esta canción de origen boliviano en 1985, y simplemente estaba renovando la versión de una melodía que estaba siendo mundialmente conocida. También grabaría otro tema de moda: el popular Sopa de caracol, que lo llevaría a visitar otra vez España.
Grabó para Polygram , Musika SA, para Magenta lo más tropical, y otra vez para Microfón. En 1994 el ídolo volvió a reinventar su sonido con un disco que seguía la tendencia internacional editando la placa DJR: un disco que ya desde el audio plantea una situación distinta a niveles casi europeos: máquinas de ritmo y sonidos electrónicos para cantar y reversionar temas en plan tecnopop y reggae de sus más grandes éxitos.
Desde 1995 Juan Ramón alternará lo tropical y lo bailable con discos más relacionados con su repertorio clásico, y también realizaría algo que ya había hecho anteriormente y que había convertido su marca registrada: los popurrís (medleys en inglés) de temas clásicos reversionados en canciones enganchadas bailables. Entre 1995 y 1997 editó cuatro volúmenes de la serie Baila Baila que se constituirán en su mayor éxito de la década de los noventa. Hasta se dio el lujo de hacer algo que nunca había hecho: grabar tangos, también enganchados.
Ya en Fonovisa Argentina SA, en 1997 el cantante edita un trabajo titulado Reencuentro donde revisa sus viejos éxitos en nuevas versiones como Muñeca de Cera y El teléfono llora, que lo llevará a volver a presentarse en el Teatro Astros con varias funciones. A fines de los 90s volvería con los ritmos tropicales y a principios de 2001 realizaría un disco cuartetero con aires de carnaval llamado El corazón que canta, para el cual músicos cordobeses vinieron a Buenos Aires a grabar con él. En este material el ídolo rescataría viejas canciones como Lo veremos triste y amargado de la década del cuarenta.
La crisis de 2001–2002 parecía también haberlo golpeado, aunque él siempre sostuvo que trabajo nunca le faltó. Pero fue a partir de 2004 cuando volvió a estar en primer plano gracias a una interesante movida de Sony BMG. Esta compañía tuvo una gran idea: lanzar una serie de recopilaciones titulada 20 Secretos de Amor: una veintena de CDs de grandes éxitos de los artistas más populares de los 60s y 70s. Esto fue muy bien recibido por el mundo artístico ya que puso a disposición de la gente una cantidad considerable de canciones nunca antes editadas en CD. En el caso de Juan Ramón, esta placa compilaba las más notables grabaciones realizada en RCA en la época 1965–68. Esta movida discográfica sumada a la aparición de un nuevo programa de TV bautizado 30 y Pico, emitido por Canal 7 y dedicado a los artistas de antes, desembocó en una tendencia comercial nostálgica que generó mucho trabajo para estos cantantes, aunque con resultados dispares, pero no para el ídolo que se destacó por sobre los demás participando en tres ocasiones entre 2004 y 2005. Volvió a estar en la radio, volvió a estar en la televisión. Las actuaciones se multiplicaban no solo en el territorio nacional, sino en otros países como Perú y Estado Unidos, adonde nunca dejó de ir. Incluso, participó de programa televisivos extra musicales –como El juego de los matrimonios que se realiza en Santiago de Chile al que concurrió con su esposa, y junto a Tormenta y su pareja Fabio. Juan Ramón a pesar de no haberse ido nunca, estaba de vuelta.
No era un resurgimiento, era un reconocimiento. Y a partir de ese momento, Juan "Corazón" Ramón apelará al clasicismo como carta de presentación. Y retornó al disco con nuevas grabaciones: El ídolo eterno en 2005, Otra cosa es con guitarras, un compacto plagado de boleros en 2007, y El embrujo en 2008. En 2009 festejó sus 50 años con la música con un show en Crónica TV y un disco doble con nuevas versiones de sus antiguos hits y nuevas canciones. También editó recientemente un disco titulado Cómo no creer en Dios, de corte espiritual pero siempre con su particular estilo.
En cincuenta años, miles de discos vendidos, miles de shows, más de 100 placas grabadas, más de 1.200 canciones, decenas de reconocimientos y premios de todos los tamaños y colores. Hoy vive en Capital Federal, pero también tiene una casa en Lima (Perú) que compró a mediados de los 80s y que visita frecuentemente. Hincha de San Lorenzo de Almagro y admirador de los personajes de Walt Disney. Admira a Palito Ortega y a Leo Dan, de quienes dice que son autores incomparables. Tiene muchas ofertas de trabajo y ganas de seguir.
El 2010 encuentra a Juan "Corazón" Ramón en actividad plena. Algunos lo verán después de mucho tiempo, como dice él, "más gordo, más flaco, más viejo", pero con la voz y el carisma intactos. El cantante sigue. Juan "Corazón" Ramón, hoy un artista sin presiones pero con ilusiones, sin la masividad de los 80s, pero que sigue grabando como cuando tenía 21 años, que sigue presentándose en vivo en escenarios de toda América apelando a sus más de 50 años de canciones populares. Entretener al público fue su misión durante toda la vida. Juan "Corazón" Ramón: un artista único, eterno y admirable. El ídolo eterno. El máximo.
Al poco tiempo de nacido Ellery, los Rech se fueron a vivir a la ciudad de Campana, en la provincia de Buenos Aires, debido al traslado de su padre que era ferroviario y trabajaba en los ferrocarriles en Cañada de Gómez. En Campana se crió, fue niño y adolescente, y se inició en la música. No era bueno en el colegio, pero tal vez porque cantaba tenía el cariño de las maestras, que le decían que “debía cantar porque tenía una hermosa voz”. Así se sumó al coro de la escuela.
En 5to año del secundario un amigo le propuso probarse en una orquesta de Zárate llamada Swing Fénix. Ellery fue y cantó Tu me acostumbraste. Pero no duró mucho como integrante. Al poco tiempo se sintió atraído por otro conjunto de la misma ciudad que sonaba mejor y tenía el puesto de vocalista vacante, ya que su líder había desertado para iniciar una carrera solista bajo el nombre de Billy Cafaro –de quien Juan Ramón luego reconocería la influencia en sus primeras grabaciones. Ahí fue Ellery. La orquesta en cuestión se llamaba Los Casanovas y estaba formada por los mejores músicos de la ciudad. Corría 1959 cuando debutó con ellos en Zárate.
Ellery estuvo, a partir de los 60s, un año viajando en tren, haciendo el tramo Campana–Buenos Aires–Campana, buscando alguien que lo atendiera, golpeando puertas con su música bajo el brazo y teniendo que llevar a cuestas un problema en uno de sus pies que traía desde nacimiento –en lenguaje médico se llama pié bot–y que lo llevó a tener 12 operaciones. Aunque su vocación musical estaba por encima de todo.
En mayo de 1961 finalmente se acercó a las oficinas del sello Disc Jockey con unos discos de prueba que había realizado –demos, para utilizar una palabra actual– y fue atendido por un ejecutivo de la empresa llamado Eduardo Piovano. Éste lo referenció inmediatamente al director artístico de sello Horacio Malvicino. Junto a Malvicino –quien se encontraba en ese momento en el estudio de grabación trabajando con Rosamel Araya– comenzaron las primeras grabaciones profesionales. El joven Ellery por entonces acusaba 21 años.
Rodríquez Luque (el dueño del sello) hizo una objeción el nombre del futuro cantante profesional: Ellery era un nombre difícil, la gente no se iba a acordar fácilmente. La nueva estrella debería cambiar el nombre, ya que Ellery Rech no se ajustaba a un artista que estaba próximo a grabar en español. Esta persona observó que Ellery llevaba bajo el brazo el libro Platero y yo, cuyo autor es Juan Ramón Giménez. Y de esa manera y al instante Rodríguez Luque exclamó: "Tú serás Juan Ramón... y yo seré Platero", a lo que Malvicino asintió con gusto. Así nació el seudónimo artístico Juan Ramón.
Llegó 1961 y llegó el primer disco. En general, su comienzo en la música estuvo marcado por canciones que ya eran éxitos en Europa y Estados Unidos. Por esa época, era común traducir al español los hits de otras latitudes. Su primera grabación profesional fue Cuando quieras amor, que se editó en disco simple de 78 RPM con el tema No me digas en su cara B. También fue editada en disco doble (2 canciones por lado) junto a Pitágoras, Quince años tiene mi amor y No me digas. Los primeros registros de Juan Ramón contaron con la colaboración de Ben Molar, especialista altamente solicitado en traducir éxitos extranjeros al castellano. Seguidamente Juan Ramón grabaría varios discos más, incluidos muchos discos simples y dobles, siempre con el acompañamiento de Horacio Malvicino y su orquesta.
Otras canciones que grabaría el artista en la primera mitad de los años 60 son Corre González, Soy el amor, Devuelvo tu carta, Anochecer de un día agitado, Ese beso, Enseñando bossa nova, Volvamos a ser novios, La tierra, Si quieres dejarme, Oh mi señor, Dominique, Mejor esta noche, En mi mundo, Como mamá, Sospecha, Truco twist, Frío de nieve, La noche que lloré, Limbo rock, Mira cómo me balanceo, El baile del ladrillo, Sabor de sal, Por culpa del horóscopo, Popotitos, Eres el demonio disfrazado y muchas, muchas más teniendo en cuenta que en esa época los artistas editaban hasta 3 long plays por año y varios simples y discos extended play. Si bien el tema Se ha puesto el sol lo llevó a ser bastante conocido, el cantante no lograba anclar en la gente de manera masiva y no lograba tener repercusión.
Para impulsar su ascenso, le pidieron que cantara temas de su propia autoría, pero Juan Ramón sabía que esa no era la manera, que sus canciones no eran las adecuadas para ese momento. Así fue que empezó a buscar canciones que le facilitaran su carrera. Había un tema de Neil Sedaka de esa época que se adaptaba bien a su registro. Se llegó a Radio Libertad (en calle Florida en Buenos Aires) y conversó con Oscar Rubén Martín, el disc jockey de la emisora, quien le facilitó la grabación y además le sugirió que vaya a ver a Ben Molar para intentar dar forma a una versión en español. Así fue como Juan Ramón llevó al vinilo la canción Feliz cumpleaños dulces 16 (Happy birthday sweet sixteen), a la postre, melodía que lo llevaría a vender miles de discos.
Tres o cuatro discos más o menos desapercibidos y una carrera en ascenso constante desde el interesante nivel de ventas que le dio la grabación de Sedaka. Al poco tiempo llegarían más hits: Cada noche sin ti, El rey de los payasos, Corazón loco. Este crecimiento artístico no solo era apoyado con actuaciones en vivo –al principio en localidades cercanas que lo abrazaron como Zárate, Baradero, Ramallo y San Nicolás, e inmediatamente en otras provincias– o grabaciones de discos. Juan Ramón también realizaba numerosas presentaciones en radio, como en los programas de El Mundo en los años 1962 y 1963. Cantaba con la orquesta estable de la emisora porteña dirigida por Horacio Malvicino y los envíos eran conducidos por Héctor Castro Rey y Valentín Viloria. Juan Ramón cantaba en vivo a las 13.30 y a las 21 ante una numerosa platea. Esto le permitía promover sus canciones y llegar a todo el país.
Y al poco tiempo llegaría la televisión. La gente de Disc Jockey lo hizó debutar en TV en el programa Ritmo y juventud de Canal 11, espacio televisivo que promocionaba artistas del sello entre los que se encontraban Tony Vilar, Leo Dan, Facundo Cabral, Danielo, Daniel Colau y Pepito Pérez. Este programa era la competencia de El club del clan, emitido por Canal 13 y patrocinado por la compañía de discos RCA, que sería en poco tiempo el nuevo sello de Juan Ramón. Seguidamente vendrían actuaciones televisivas en el recordado Sábados Circulares de Pipo Mancera, o en otros un poco menos recordados como Casino, El Special, La Cantina de la Guardia Nueva y Show Rambler.
Fue allá por el ’63 o ’64 que Juan Ramón pasaría definitivamente a utilizar el apodo “Corazón”, por el cual sería conocido internacionalmente. Ese apelativo fue idea de Antonio Barros, un hombre de radio que conducía una exitosísima audición de la época llamada Una ventana al éxito. Barros daba sobrenombres a sus artistas más queridos. En su elenco se encontraban Palito Ortega, Leo Dan y Jack y Los Ciclones.
Juan “Corazón” Ramón pasa a RCA Víctor (cuyo logo oficial es un perro escuchando una vitrola) en 1964, y paradójicamente y si la historia no se equivoca, lo primero que haría para su nueva compañía no sería un disco long play sino una aparición en cine, otra de las herramientas mediáticas que se utilizaban en la época y que permitía a los artistas mostrarse ante gran cantidad de público. El cantante participaría de la película El desastrólogo con Pepe Biondi, donde cantaría la canción “Cariñosa” los españoles Dúo Dinámico. Desde su incursión inicial en la pantalla grande hasta 1970 el cantante aparecería en una decena de filmes, siendo su más recordada, El galleguito de la cara sucia en 1966, con Nora Cárpena, Eddie Pequeninho y Los Iracundos originales. También hizo televisión, con su propio programa llamado Juan Ramón busca la felicidad que iría en duplex por Canal 9 y Canal 7. Sumado a sus participaciones en emisiones como Sábados circulares de Pipo Mancera por Canal 13, donde era tratado como una auténtica estrella. Otra constante por esa época era la aparición en revistas de circulación nacional como TV guía o Radiolandia.
En materia discográfica, su nueva compañía disquera no podría haber elegido un mejor nombre para el primer LP de Juan Ramón en RCA: Juan Ramón con nosotros. Y fue a mediados de la década que Juan “Corazón” Ramón se consolidaría como el gran artista nacional de proyección latinoamericana, compartiendo el podio junto a Leo Dan y Palito Ortega, y acechado por un tal Sandro, que con sus movimientos de cadera venía pidiendo pista. Y esa consolidación estaría sustentada en las primeras salidas del cantante al exterior. La primera vez que Juan “Corazón” Ramón salió del país fue a Chile. De ahí a Perú, y luego a Uruguay, Colombia, Estados Unidos, Costa Rica, El Salvador. Así fue edificando su carrera en toda América. Y así se fueron editando sus discos por todo el continente.
En 1967 el ídolo recibiría un nuevo espaldarazo a su carrera: ganaría el Festival de la Canción en Benidorm (España) y grabaría un trabajo muy interesante que buscó posicionar al cantante en Europa: Juan Ramón en Roma editado simultáneamente en castellano e italiano. Recordemos que por esos días el estilo melódico italiano hacía furor y cualquier cantante de habla hispana soñaba con la edición de sus grabaciones en el viejo mundo. Las canciones del disco (compuestas por Franco Migliacci, Sergio Endrigo, Palito Ortega, Leo Dan y el mismísimo Juan Ramón) se apartaban un poco de la línea por entonces habitual del cantante, que hasta ese momento había registrado mayormente éxitos internacionales. Este disco lo presenta apoyándose más sobre su fuerza interpretativa que por el apoyo que pudiera brindarle una obra conocida. En su estadía en Italia, llega a oídos de Juan Ramón una canción que si bien no ganó el Festival de San Remo, fue una de las mejores: Io che non vivo senza te. El cantante la grabaría inmediatamente al regresar al país bajo el nombre Yo que no vivo sin ti. Años más tarde la grabaría Elvis, y posteriormente Luis Miguel, evidenciando lo visionario que había sido.
El comienzo de la década del setenta encuentra a Juan “Corazón” Ramón girando por Latinoamérica. Se presenta en Panamá, donde debido al éxito resonante se ve obligado a radicarse allí un tiempo, obteniendo gratificantes resultados de su estadía. Lo mismo le sucede en Colombia a los pocos años. En 1977 se radica finalmente en Perú por un largo tiempo. Perú siempre había prestado atención a la música de Juan Ramón. Primero con Se ha puesto el sol de Disc Jockey y luego con Yo que no vivo sin ti de RCA. Pero es con la canción Ata un cinta amarilla al viejo roble (cuyo título original es Tie a yellow ribbon) que el cantante tomaría amplia notoriedad en ese país. Pero este no es el único motivo por el cual el ídolo se quedó a vivir en Perú…
Juan Ramón conoció a su mujer Isabell en Lima, la capital peruana, mientras actuaba en un café concert llamado El Barrabás. Hasta ese momento el cantante nunca había mezclado lo artístico con lo sentimental, pero con Isabell hizo una excepción. La única. La foto que le firmó a mediados de los setentas fue el comienzo del romance que luego devino en matrimonio. Al poco tiempo de afincarse en Perú tuvo su primer hijo. Justo con la salida de otro de sus mayores éxitos: El teléfono llora.
Ausente de Argentina en materia artística, Juan Ramón regresa en 1983 al país seducido por varias propuestas de trabajo. Y es partir de entonces que tendría una década prodigiosa: se transformaría en tan solo un par de años en el Nro. 1. De vuelta en su tierra, firmó contrato con Microfón Argentina SA (MICSA), editando una decena de long plays entre 1983 y 1988. Desde el primer disco en su nuevo sello trabajaría con el productor Mario Kaminsky (hoy director de Radio Colonia) con quien llegaría, sin exagerar, a la gloria gracias al LP Juan Ramón ’84, a caballo del éxito de su canción Jamás. Este éxito se vio coronado por la nacimiento ese mismo año de su hija Carol, con quien más tarde regrabaría El teléfono llora a dúo.
Juan Ramón ’84 se convertiría en el disparador de la masividad de ídolo, seguido de cerca en ventas por El fenómeno, editado el año siguiente, que contenía Cariñito y que le abriría tremendas perspectivas laborales. La etapa Microfón es considerada por mucha gente como la mejor Juan Ramón, la más prolífica, la más característica. Seguirían registros como Otra vez Nro. 1, El ídolo, Internacional, Firme junto al pueblo. Las apariciones televisivas en diversos programas comenzaron otra vez a ser moneda frecuente –numerosísimas apariciones en Finalísima del Humor conducido por el fallecido Leonardo Simons– y sus actuaciones muy concurridas. Quizá los temas que sintetizan esta popularidad, esas melodías que nadie puede desconocer de la época sean Macumba o Tabaco y ron. En 1986 volvió al cine con En busca del brillante perdido, donde hacía de galán de Sonia Rivas, una mexicana compañera de grabadora que por esos días le iba muy bien con sus boleros.
A fines de 1988 se desvincula de Microfón y pasa a CBS, aunque estaría por solo algunos discos, como La fiesta de Juan y Show ’90. Es por estos años que Juan Ramón comienza a coquetear con otros ritmos. A fines de los 80s y con la movida tropical en boga, Juan “Corazón” Ramón cambia el rumbo. Como él dice al hacer un raconto de su vida: "Los 90s fueron más cuarteteros, más cordobeses". En definitiva, fueron tropicales: el ídolo incorporó otros ritmos de moda que le permitieron aggiornarse y mantenerse vigente. Se perfiló como un cantante polirubros: sus discos irán del melódico al pop y del cuarteto a la cumbia, grabando hasta dos y tres discos por año. Y la gente lo aceptó.
Juan Ramón grabó con otros artistas también. Con Romana Farrés en 1984 la canción Guarda tu amor, en 1988 hizo duetos con Heraldo Bosio, en 1989 con Daniela Mori, una ex Las Primas, en 1991 con Los Cartageneros y Miguel "Conejito" Alejandro –otro cantante que estaba en la cresta de la ola, entre otros. Hasta se dio el gusto de grabar, en 1987, junto a Leonardo Favio la canción Resistiré, luego ampliamente difundida en los años 2000. Un antecedente de quien supo ver el potencial de la canción 25 años antes.
Se sucedieron discos como Pasito tun tun y Sácala a Bailar que apuntaban directamente a la cumbia y el cuarteto, pero siempre con su particular estilo. Y siempre llevándolo a los primeros rankings de venta. Por esos años también grabaría el ídolo una segunda versión de Llorando se fue. Muchos creyeron ver en Juan Ramón el oportunista que grababa en castellano su versión de la Lambada –popular ese año por el grupo Kaoma–, pero la realidad indica otra cosa: Juan Ramón había grabado esta canción de origen boliviano en 1985, y simplemente estaba renovando la versión de una melodía que estaba siendo mundialmente conocida. También grabaría otro tema de moda: el popular Sopa de caracol, que lo llevaría a visitar otra vez España.
Grabó para Polygram , Musika SA, para Magenta lo más tropical, y otra vez para Microfón. En 1994 el ídolo volvió a reinventar su sonido con un disco que seguía la tendencia internacional editando la placa DJR: un disco que ya desde el audio plantea una situación distinta a niveles casi europeos: máquinas de ritmo y sonidos electrónicos para cantar y reversionar temas en plan tecnopop y reggae de sus más grandes éxitos.
Desde 1995 Juan Ramón alternará lo tropical y lo bailable con discos más relacionados con su repertorio clásico, y también realizaría algo que ya había hecho anteriormente y que había convertido su marca registrada: los popurrís (medleys en inglés) de temas clásicos reversionados en canciones enganchadas bailables. Entre 1995 y 1997 editó cuatro volúmenes de la serie Baila Baila que se constituirán en su mayor éxito de la década de los noventa. Hasta se dio el lujo de hacer algo que nunca había hecho: grabar tangos, también enganchados.
Ya en Fonovisa Argentina SA, en 1997 el cantante edita un trabajo titulado Reencuentro donde revisa sus viejos éxitos en nuevas versiones como Muñeca de Cera y El teléfono llora, que lo llevará a volver a presentarse en el Teatro Astros con varias funciones. A fines de los 90s volvería con los ritmos tropicales y a principios de 2001 realizaría un disco cuartetero con aires de carnaval llamado El corazón que canta, para el cual músicos cordobeses vinieron a Buenos Aires a grabar con él. En este material el ídolo rescataría viejas canciones como Lo veremos triste y amargado de la década del cuarenta.
La crisis de 2001–2002 parecía también haberlo golpeado, aunque él siempre sostuvo que trabajo nunca le faltó. Pero fue a partir de 2004 cuando volvió a estar en primer plano gracias a una interesante movida de Sony BMG. Esta compañía tuvo una gran idea: lanzar una serie de recopilaciones titulada 20 Secretos de Amor: una veintena de CDs de grandes éxitos de los artistas más populares de los 60s y 70s. Esto fue muy bien recibido por el mundo artístico ya que puso a disposición de la gente una cantidad considerable de canciones nunca antes editadas en CD. En el caso de Juan Ramón, esta placa compilaba las más notables grabaciones realizada en RCA en la época 1965–68. Esta movida discográfica sumada a la aparición de un nuevo programa de TV bautizado 30 y Pico, emitido por Canal 7 y dedicado a los artistas de antes, desembocó en una tendencia comercial nostálgica que generó mucho trabajo para estos cantantes, aunque con resultados dispares, pero no para el ídolo que se destacó por sobre los demás participando en tres ocasiones entre 2004 y 2005. Volvió a estar en la radio, volvió a estar en la televisión. Las actuaciones se multiplicaban no solo en el territorio nacional, sino en otros países como Perú y Estado Unidos, adonde nunca dejó de ir. Incluso, participó de programa televisivos extra musicales –como El juego de los matrimonios que se realiza en Santiago de Chile al que concurrió con su esposa, y junto a Tormenta y su pareja Fabio. Juan Ramón a pesar de no haberse ido nunca, estaba de vuelta.
No era un resurgimiento, era un reconocimiento. Y a partir de ese momento, Juan "Corazón" Ramón apelará al clasicismo como carta de presentación. Y retornó al disco con nuevas grabaciones: El ídolo eterno en 2005, Otra cosa es con guitarras, un compacto plagado de boleros en 2007, y El embrujo en 2008. En 2009 festejó sus 50 años con la música con un show en Crónica TV y un disco doble con nuevas versiones de sus antiguos hits y nuevas canciones. También editó recientemente un disco titulado Cómo no creer en Dios, de corte espiritual pero siempre con su particular estilo.
En cincuenta años, miles de discos vendidos, miles de shows, más de 100 placas grabadas, más de 1.200 canciones, decenas de reconocimientos y premios de todos los tamaños y colores. Hoy vive en Capital Federal, pero también tiene una casa en Lima (Perú) que compró a mediados de los 80s y que visita frecuentemente. Hincha de San Lorenzo de Almagro y admirador de los personajes de Walt Disney. Admira a Palito Ortega y a Leo Dan, de quienes dice que son autores incomparables. Tiene muchas ofertas de trabajo y ganas de seguir.
El 2010 encuentra a Juan "Corazón" Ramón en actividad plena. Algunos lo verán después de mucho tiempo, como dice él, "más gordo, más flaco, más viejo", pero con la voz y el carisma intactos. El cantante sigue. Juan "Corazón" Ramón, hoy un artista sin presiones pero con ilusiones, sin la masividad de los 80s, pero que sigue grabando como cuando tenía 21 años, que sigue presentándose en vivo en escenarios de toda América apelando a sus más de 50 años de canciones populares. Entretener al público fue su misión durante toda la vida. Juan "Corazón" Ramón: un artista único, eterno y admirable. El ídolo eterno. El máximo.
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